Henri José García Durán

(Hengardur)

Mérida, Venezuela

 

 

Nació el 22 de febrero de 1985 en la población de Canaguá, Pueblos del Sur de Mérida (Venezuela). Escritor, poeta y compositor. Licenciado en Letras ULA, mención: Lengua y Literatura Hispanoamericana y venezolana (Distinción Cum Laude, 2018).

Estudiante del último semestre en Historia del Arte en la Universidad de Los Andes (ULA) y el PFG en Comunicación Social en La Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Actualmente se desempeña como Coordinador de Preservación y Restauración en la Biblioteca Febres Cordero y Webmaster de la Asociación de Escritores de Mérida (AEM). Es miembro de la AEM y pertenece al selecto grupo de escritores y poetas que integran el Club de Poetas de Latinoamérica (Venezuela), la Fundación Literaria y Cultural "Andrés Eloy Blanco" y la Unión Cultural Universal. Ha participado en importantes eventos literarios como: presentación de la revista literaria País de papel (2017), Jurado en el Primer Concurso Literario de Poesía Infantil "Cuidemos nuestra naturaleza" en Mérida, Venezuela (2018) y la antología poética de siglemas 575 “Di lo que quieres decir 2020” en San Juan Puerto Rico (2020).

El 28 de julio de 2021 obtuvo el tercer lugar, en representación por Venezuela, en el "1er Concurso de Poesía Virtual" nacional e internacional, "Tema el Árbol", organizado por el Club de Poetas de Latinoamérica-Venezuela y la Fundación Literaria y Cultural "Andrés Eloy Blanco", en alianza con el programa de televisión Huellas de Venezuela, Televisora Canal Plus del estado Carabobo. Los dos primeros lugares fueron otorgados a las poetas y escritoras representantes de México y Cuba respectivamente. Se ha destacado en otras áreas artísticas y sociales como la danza, el modelaje, la fotografía y la locución.

     
     

 

OBRA LITERARIA

 

 

 

DÉJÀ VU

 

Mar de Poseidón
navegaré tus aguas
como Ulises.
¡Inmortal hombre!
Soy príncipe de Zeus
rey del Olimpo.

Días y noches
mares ocultos, cielos…
me abrazarán.
El oráculo
me conduce al Alpes
al reino sin fin.

Jabeque, falúa en marcha…
por los mares profundos
tronos del ego.


¡América mía!
conquistaré tus aguas
tu tierra mágica.
Vientre fecundo
suelo de mi Imperio
morada azul de lo infinito.

Un sueño cubre
este navío sublime.


Fin
del
déjà vu.

 

 

SOY CULPABLE

 

Soy el causante
de tu desgracia ¡amor!
herirte, diosa.
Oculto estoy
fiera,
ser del deseo,
te ato a mí
y te penetro…
Monte de Venus,
labios desnudos
Eva.

¡Culpable!
siembro
mis pasiones salvajes 
y te penetro.  
Un instante de
plenitud me conduce
a las estrellas.  
La oscuridad
envuelve mi cuerpo y
tus labios gimen.
Poseerte Rembha
es mi debilidad…
y soy una bestia. 

Amarte ángel
hasta el infinito
supera tus miedos. 
Bocas de placer
y cuerpos del deseo
seres en vuelo.
Letargo del ser
el vuelo prohibido
de la paloma.

¡Escucha cielo!
mi pecado, tu caída…
soy culpable.    

 

 

ABISMOS

 

Ave de sueños
águila del poniente
vuelos y caídas.  


Bellas alas
sobrepasan la magia
de las alturas.
Inalcanzables
son tus cumbres álgidas 
como el cielo.
Sueño volar con
tus alas y conquistar   
mi horizonte.

Muestra tus ojos
águila real
me pondré en marcha.
Ocúltame en
el ocaso del vuelo
mi crepúsculo. 

Superaré todos mis miedos
enfrentando juntos
nuestros propios abismos.

 

 

BAILARÍN DE LA VIDA

 

Danzo con mi ser
la mejor pieza de baile,
dibujo movimientos sublimes
con los que logro el éxtasis.


Mi cuerpo alaba la música
que toca Dios en su concierto,
vuelo alto como los ángeles
y danzo con la musa de mi arte.


Soy bailarín del ensueño,
soy amo de mis sentimientos,
soy el rey de mis talentos,
¡príncipe! de Terpsícore,
de la danza soy dueño.

 

 

POETISA LA VIDA

 

Paloma libre
soy tu cuerpo, tus alas
tuyo por siempre.

¡Oh vida!
Ángel de luz y oscuridad
eres mi guardián.

Estás conmigo
águila voladora
diosa de amor.


Tus besos, mujer...
elevan la mente y
vuelan mis ojos.


Ideas, sueños...
ecos del corazón te
perturban, vita.

Surcar los cielos
cortejar el verbo y
aletear juntos.

Ave de sueños
despierto en tu pecho
y volar quiero.


Luz divina y
resplandeciente
nunca te apagues.

Árbol de hojas secas
sin respiro
déjame morar.


Vientos oscuros
no impidan el vuelo
del amor pleno.


Imagen de ti
son mis sentimientos
y versos sublimes.

Digno soy de ti
contigo me vi crecer
hazme florecer.


Amarte ¡vida!
te ofrendo el fruto
mi poesía.

 

 

VUELO DE AMOR

 

Vuela la baya a su aposento,
lecho de luz y amor.
Un idilio de deseo y pasión
te espera, Ziva.
Es un misterio
natural y humano
sueño divino.

Luciérnagas de luces
adornarán tu nido, amada.
Oscuridad que perturba
tus deseos de encubarte.
Duerme amante
el rayo penetrante
resplandecerá.

Es un himno
por Dios inspirado
nuestro canto terrenal.
Almas fugaces
trinar en desespero
seres sin miedo.
Miradas tiernas
pieles que abrazan
el éxtasis carnal.

Opacidad en la selva
y claridad en nuestros cuerpos.

Ramas del tiempo
somos aves de paso
vidas en vuelo.

 

 

EL GUARDIÁN DE LA VIDA

 

Gigante verde colmado de brazos
sostén y respiro de la vida,
cobíjame en tu regazo
y acaríciame con tu lozanía.


¡Déjame! contemplar ese verde follaje
rey excelso de la natura,
hermosa creación de Dios,
holganza sublime de las criaturas.

Beso fresco por las mañanas,
caluroso y tibio al mediodía,
aliento frío por la noche,
oasis vital del día a día.


Morada de flores y frutos,
nidal de aves que cantan sus melodías,
en ocasos que bañan de ensueño
y albas que despuntan de alegría.

Tú eres el vientre perenne
de oxígeno para la Tierra,
el árbol, guardián absoluto
de la vida y nuestra existencia.


En verano, marchitas se ven sus hojas,
luego reverdecen en primavera,
en invierno muchos florecen
y en otoño sin hojas quedan.

 

 

UN ABRAZO TRISTE DE ROSAS

 

Mi rostro, paralizado en el silencio de los recuerdos, busca encontrar en las miradas la esperanza de un tierno abrazo que no se logra vislumbrar ni en lo más íntimo del ser.
Mi cuerpo se halla envuelto dentro de una atmósfera turbia llena de silencio y desolación, mientras un aire seco y tormentoso me incita a morir en la luz de mi inocencia. Ese rostro alegre que brillaba bajo la luz del amor y la felicidad, se difumina lánguidamente por el ocaso de la seguridad.


Solo escucho los sonidos susurrantes del silencio y la tormenta íntima de mi ser, furia de nostalgia que llena de lágrimas, de hielo, mi corazón envuelto en agonía. Todo es oscuridad, todo a mi alrededor exhorta a recordar un último abrazo…
Mi cuerpo, mi ser, se articula para siempre –como último abrazo- en la penuria del dolor y del miedo. Todo aquello que envuelve mi ser se torna estático y ruidoso.


Se llena de color mi rostro y mi alma, un inmenso ramo de rosas rojas, tan pequeño que se ve, opacado por la herida invisible que sangra en mi interior. Él me abraza sin soltarme, me amarra, me estruja, golpea todos mis recuerdos haciendo que me sienta prisionera de su abrazo frío, desconsolada.

Siento este mi último abrazo…


Mis pies, mi cara, mis brazos, todo lo que hoy me hace niña se va transformando poco a poco en la imagen de una mujer herida por la añoranza de un último abrazo, aquel que se llevó consigo el amor más grande, de la madre, hacia los confines de la eternidad.


Ya no veo el abrazo majestuoso que arropaba con amor y cobijando con la túnica de la felicidad. Era alguien muy especial…


Su abrazo era único y verdadero, ya no lo siento abrazo de madre sino de rosas. Su aroma es divino, sublime y maravilloso como el aroma que en muchos momentos sentí con su abrazo, pero ya no es el mismo aroma…


El olor y sabor de tu amor era algo celestial…
Este abrazo de rosas no es como el tuyo ¡madre!
No hay movimientos, besos sutiles, caricias suaves y tiernas. Es un abrazo delicado ¡sí! Pero es un abrazo gélido. No siento tu cuerpo sereno, tus brazos desbordados con caricias de amor, no veo tu rostro rozagante de hermosura y felicidad al sentirme estrechada en tu seno. No es tu abrazo mamá… es el abrazo de las últimas rosas.


Cada pétalo tiene concentrado el olor y el color especial de tu boca, cada hoja que logro tocar con mis tétricas manos, hacen revivir dentro de mi difusamente el recuerdo de tus suaves caricias. Es un abrazo liviano, ligero, que no llena las entrañas, no ejerce presión sobre mi cuerpo estático, el dolor sepulta cada recuerdo hermoso que guarda mi corazón.


Espero algún día poder despertar de esta imagen del abrazo eterno de las rosas, ¡tú ultimas rosas madre! Un ramo de desolación, tristeza y dolor. Ya no quiero seguir abrazada a este ramo triste de rosas rojas, quiero continuar abrazando la única rosa que jamás se marchita, la mejor de todas ellas… Tú, rosa de amor… ¡MADRE!

 

DOS ROSTROS, DOS MIRADAS


Abrázame eternamente, hasta alcanzar la gloria de tu amor. Hazme tu criatura, único ser de tu creación. Inclina tu mirada hasta lograr descubrir el rizoma de tu figura. Lléname de serenidad y busca tu plenitud en la inocencia de mi rostro. Somos distintas miradas. Cuerpos y rostros con posturas contrapuestas.  


Conéctame a ti para ser tu complemento. Eres el portal de mi universo, aquel espacio infinito en cuyos ojos se irradia mi luz. Somos dos rostros que se expanden dentro de una misma esfera transitando ejes opuestos.

Eres silencio y recuerdo… Soy ingenuidad sin tiempo…
Tú, un ángel de luz.  Yo, la luz por la que el ángel fulgura

Observo desde mi propio mundo, un espacio colmado de color y fantasía. Esa otra mirada se inclina vislumbrando lo que mi rostro no logra percibir.  ¡El horizonte de la vida!


Somos dos vidas en espacios y tiempos distintos. Tu espacio es la realidad, el mío la imaginación. Tu tiempo es el presente, el mío se halla en reposo. Encontremos en un abrazo lo que nuestros rostros no logran amalgamar y unir.


¡El encuentro de dos miradas!


Quiero reflejarme en esa mirada espejo de serenidad, hallar la luz en esa estrella, brillo desvanecido. Somos dos miradas, dos rostros con horizontes disímiles. Deseo encontrar en esa mirada el rostro de mi otra mitad. Descubrir en su efigie el amor que endulza mi inocencia. 
Continuaremos siendo un mismo ser, de rostros invertidos y miradas siempre distantes. La mirada de la madre, la mirada del hijo.

 

¿Por qué no se juntan las miradas?

 

 

 

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