Nuestros escritores: Fernando Torre Chalbaud


Fernando Torre Chalbaud, nació en Mérida, Venezuela, en 1956. Es profesor de la Universidad Simón Bolívar en el campus Sartenejas, en Caracas. Está adscrito al departamento de Procesos y Sistemas para las carreras de Ingeniería de Producción, Ingeniería de Materiales, Organización Empresarial. Además, ha sido profesor de Gestión de Operaciones en la Maestría de Administración de Empresas. Graduado de Ingeniero Industrial en la Universidad del Táchira; Master of Science, University of Pittsburgh y Programa Avanzado de Gerencia del IESA.


Ha escrito para varias revistas, entre ellas, la Revista de la Facultad de Ingeniería de UCV: Aplicación de nuevas prácticas educativas tipo Kaizen para la enseñanza-aprendizaje en Ingeniería de Producción. Caracterización de la evolución en investigación sobre aspectos de gestión en prevención y análisis de accidentes laborales, así como Modelo de gestión para tutorías a distancia de pasantías industriales mediante TIC. Es autor de un trabajo sobre La enseñanza de la Ingeniería en un Ambiente de Cooperación Constructiva, presentado en el Congreso Iberoamericano de la Enseñanza de la Ingeniería. Así como El aporte de la ingeniería para la integración de la infraestructura en América del Sur, el cual fue presentado para Pensar en Venezuela en el Colegio de Ingenieros de Caracas.


Fernando Torre obtuvo el Primer premio en el II Congreso Venezolano de Enseñanza de la Ingeniería en la UCV representando a la USB. Es miembro del Consejo Editorial de la Universidad Simón Bolívar, entre abril de 2010 y enero de 2012, donde ha sido promotor y organizador del Fondo Editorial para el texto docente USB. Corredactor, junto a Arturo Gutiérrez Plaza, de las Políticas para el desarrollo del texto docente en la universidad. Facilitador de talleres para el Manejo efectivo del tiempo a empresas y organizaciones de los sectores público y privado. Coordinador de la unidad de gestión Productividad Inteligente.
Es también locutor certificado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. Desde febrero 2015 es el Coordinador de la Encuesta de Opinión Estudiantil en la USB. Ha sido también el productor del programa Opinión Estudiantil en La Simón Radio para la Universidad Simón Bolívar.

Ha sido también columnista del diario El Universal, de Venezuela, por un período cercano a los dos años. Una recopilación de estos artículos será publicada próximamente como libro. Ha publicado recientemente en Amazon el libro Un gran líder se despide: Diez lecciones de éxito en un mensaje ( 2021).

 

 

OBRA LITERARIA:


HE DESCUBIERTO QUE TE AMO
Dedicado a quienes celebran con ilusión el Día de los enamorados.


Sé que no te has dado cuenta. Estás tan ocupada en todos tus quehaceres, que aún no te has percatado lo pronto que será 14 de febrero.
Ese día te miraré como cada mañana desde que estamos juntos, agradecido por la maravillosa dicha y el inmenso privilegio que es estar junto a ti. Así como lo hice la primera vez, en aquel día cuando esperaba llegar primero y tú ya estabas allí.
Te observaré en silencio como tantas veces, mientras la luz del amanecer acompaña el canto de las aves. Todo a nuestro alrededor despierta esperando vanamente seguirte el paso en tu incesante actividad.
Ese día te llevaré temprano de la mano por el mundo, disfrutando en silencio de la expresión de Ginevra de’Benci del gran Leonardo, y volaremos luego para admirar el Flamingo de Calder en una fría mañana como las de estos días.
También dejaré que me lleves a disfrutar del precioso azul del Pacífico que tanto te gusta. Ese día de seguro te detendrás en el mercadito de la esquina para descubrir algunas oportunidades únicas en el mundo.
Te invitaré luego a caminar por el bello Palacio Imperial en Kioto con la sensación de armonía que solo allí es posible. Andar contigo sin prisa, en un día en el que no busco nada más pues estoy junto a ti.
Te invitaré finalmente a cenar en un pequeño restaurante de París escuchando al fondo el Himno al amor interpretado por Edith Piaf.
Ese día deseo estar contigo en cada lugar del mundo, pues he descubierto, Janett, que mi mundo eres tú…

 

 

 

 

CREADOR DE MUJERES EN BRONCE


Era ella una mujer desconocida, suspendida en una hamaca, con una mirada altiva, serena y sensual. Con el vigor del trópico y la serenidad de quien ha vivido intensamente. Ella, todo un misterio en femenino, es también una creación magistral de Cornelis Zitman.
Nacido en Holanda en 1926, escapó de allí en un barco petrolero de la Esso llamado Saturno, a fin de evitar el servicio militar cuando la Segunda Guerra Mundial. Fue muy bien acogido por la tripulación debido a sus habilidades como dibujante, a tal punto que llegó a crear un mural en el comedor de oficiales. Arribó a América por Aruba, de allí a Maracaibo y luego a Punto Fijo en busca de su hermano, quien trabajaba en la compañía Shell. Luego, se establece en Coro como dibujante en una pequeña empresa constructora.
Se casó con Vera, su novia de Holanda y se muda a Caracas, donde conoce a Virgilio Trómpiz, Alejandro Otero y otros artistas con quienes trabaja en el Taller Libre de Arte.
Para su sorpresa ganó el Premio Nacional de Escultura en 1951 con una esculturita en yeso que había hecho en Coro y que a la sazón había entregado al Salón Oficial. Zitman lo narraba como una anécdota de la siguiente manera, “así caí en la escultura, y aquí me tienen sentado, me dicen que soy escultor”.
Este hombre extraordinario, al final de su vida, la define como una de riesgos y sin un plan preconcebido. De su experiencia nos da una recomendación: aprender a decir no, pues abre campos. De esa máxima solo hace una excepción, nunca le digas no a la esposa.
Hizo suyo nuestro país y nosotros lo hicimos a él uno de nosotros. Allí en esa casa imposible, en el abandonado trapiche de caña de azúcar de La Trinidad, que convirtió en su taller y en su vida, Zitman realizó su obra sobre la figura humana, fundamentalmente femenina y venezolana. Un espacio para la creación y para expresar su personal interpretación de la realidad circundante. Un lugar que convirtió en el centro de su actividad y en su refugio, hasta verse rodeado de su tribu, que son todas sus figuras, sus trabajos.
En su mensaje a los jóvenes sostiene que lo primordial es encontrar la forma de comunicar un mensaje propio y personal. Una verdad que uno va encontrando poco a poco, hasta hacerla realidad tangible. De manera que uno pueda mirar atrás y decir he cumplido. Allí queda mi obra.

 


HOY ME ATRACASTE


Era temprano, con la frescura que ofrece una madrugada al despuntar las cinco de la mañana. Me permitía caminar tranquilo, entusiasmado, inmerso en los desafíos de esa nueva semana que la vida me ofrecía, como una oportunidad más para contribuir en la reconstrucción del estado Vargas.
Cuando súbitamente nos cruzamos en aquella escalera. Bajaba yo con mis dos maletines negros, y tú tenías los brazos bajo la franela cubriéndote el estómago, imaginé que debías tener hambre y frío, te juro que pensé, cómo puedo ayudarlo sin que ello signifique un riesgo para mí. Pero no hizo falta que lo pensara mucho, comenzaste a hablarme, a dirigirme aquella secuencia de palabras ininteligibles, todo parecía muy desconcertante, hasta que, en medio de tus frases apretujadas en la penumbra, surgió claro y firme el vocablo ‘atraco’.
A partir de allí todo estuvo claro, mis piernas corrieron delante de mis maletines en la medida que yo trataba de alcanzarlas, rodamos todos, incluso tú, hasta el final de la escalera. Cuando llegamos abajo, parecía que hubiéramos hecho un acuerdo, una transacción tácita, tú estabas asido a uno de mis maletines y no había forma de recuperarlo, o yo lo soltaba en ese mismo instante o ponía en riesgo todo lo demás; tomé la decisión, ese maletín ahora es tuyo. De mi lado de la partida me queda mi otro maletín con mi ropa vieja y remendada, mi cartera medio rota, mi reloj Casio de veinte bolívares y mi vida que no son poca cosa.
Todavía conjeturo sobre una teoría que explique cómo fue posible que hayas acertado con el maletín más valioso, contentivo de los libros que explican el secreto del éxito industrial del Japón. Todavía me emociono al recordar tu cara ilusionada sintiendo entre tus brazos el enorme peso de aquella maravillosa carga de conocimientos.
No tuve tiempo de intercambiar contigo nuestros aparentemente comunes intereses en el mejoramiento de procesos, pero siento ilusión al imaginarte compartir aquel tesoro de sabiduría con los compañeros de tu comunidad, discutiendo cómo van a participar en la mejora continua de los servicios de atención social, y en la aplicación de esos conceptos para la elevación de la calidad de vida de nuestras comunidades.
Te imagino conmovido, rodeado de los niños de tu comunidad, utilizando la calculadora financiera HP de notación polaca inversa, para estimar los ingresos futuros que esos pequeños recibirán de las sabias y prudentes inversiones que hoy, como nación, realizamos con la siembra de petróleo.
La última vez que te vi, corrías emocionado, con ilusión hacia la oscuridad y la lejanía, sintiendo la carga enorme de aquel equipaje, como si supieras previamente el valor de los maravillosos tesoros que son esos textos. Si tuviera la suerte de encontrarte de nuevo, sólo te preguntaría ¿cómo sabías con anticipación que allí estaban los valiosos secretos que ayudarán a nuestra gente a salir del atraso y la pobreza?

 


EL MENSAJE DE ATAPUERCA

Hoy hablaremos de Solidaridad y para ello viajaremos quinientos mil años en el tiempo, a un lugar conocido como la Sierra de Atapuerca, en el medio de lo que hoy llamamos España.
Allí, una tribu nómada de nuestros antepasados intentaba organizarse para enfrentar un ambiente adverso. Entre ellos había un hombre corpulento de unos cuarenta y dos años, un anciano para su época, pues no vivíamos tanto entonces. Él había desarrollado una deformidad en sus cervicales, y este dato es interesante, ya que significa que no podía cazar, no podía alimentarse por sí mismo, dependía de los demás para sobrevivir. Se piensa que nuestro hombre aportaba su experiencia y sabiduría recibiendo, a modo de colaboración, sustento y manutención.
Aquí estamos en el punto más importante de esta historia, pues luce que aprendimos a ser solidarios antes que a construir viviendas o a hacer caminos. Entendimos desde muy temprano, que ayudándonos los unos a los otros tendríamos mejores oportunidades de sobrevivir y ser mejores personas.
Este es el mensaje de Atapuerca, el mensaje de la solidaridad, que puede ser tuyo hoy con solo tres pasos. El primero, intégrate, habla con los demás, conócelos. El segundo, observa dónde puedes ayudar o en qué momento puedes dar tu aporte, y el tercero, atrévete, atrévete a entrar en acción y participa en la red mundial por la solidaridad.
Ahora que esta nueva etapa comienza en Venezuela, será fundamental el mensaje de Atapuerca: el mensaje de la solidaridad.

 

 

CONTACTO:
ftorre@usb.ve

Videos


Un nuevo comienzo Venezuela

https://www.youtube.com/watch?v=nHB0WioW3rA&t=32s


El reto de esta generación


La Productividad. Diálogos USB # 49


Campaña de Valores, "Solidaridad"